Aunque es poco conocida, la apicectomía resulta muy útil cuando otros tratamientos odontológicos han fallado. Puede que hace unos meses te hayas sometido a una endodoncia. Si todo ha salido bien, ya no sentirás ningún dolor, puesto que al extraer la raíz del diente no se tendría que tener sensibilidad. Si no es así, la solución definitiva para tu bienestar y salud es la apicectomía.
Se trata de una intervención quirúrgica sencilla que consiste en:
- extirpar el ápice del diente o punta de la raíz
- eliminar toda la infección que te está provocando el dolor
- limpiar y sellar correctamente los conductos, es decir, es espacio que antes ocupaba la raíz del diente.
¿Cuándo está indicada?
Como ya hemos dicho anteriormente, la apicectomía se practica cuando existe una infección en una zona en la que previamente se ha realizado un trabajo de sellado de conductos o endodoncia.
Lo mejor es repetir el tratamiento del sellado de los conductos para conservar el diente natural. Esta es la razón principal por la que la apicectomía es la última opción a practicar.
Tu dentista será quien te indique si necesitas una apicectomía, tras estudiar tu caso y analizar la situación con rayos-X. La apicectomía será indicada cuando:
- los conductos del diente sean muy estrechos y de difícil acceso.
- no se pueda aplicar una segunda endodoncia
- el diente esté roto
- haya quistes alrededor del diente
El tratamiento es indoloro, ya que se utiliza anestesia local y el paciente no siente nada. En cuanto a la eficacia, más de un 80% de las apicectomías finalizan con éxito conservando el diente natural durante mucho tiempo.
¿Qué cuidados debo tener tras la intervención?
Una apicectomía es una operación y como tal, necesitará unos días de cuidados. La zona estará inflamada debido a la intervención. Tu dentista te recetará algún analgésico para quitar el hinchazón y la molestia que esté ocasionando. También se recomienda poner hielo en la zona afectada durante las 12 horas siguientes a la operación.
Evita el cepillado en la parte intervenida para lavarte la boca. En su lugar, puedes realizar enjuagues que permitan tener a raya a las bacterías hasta que puedas volver a retomar tus hábitos habituales de higiene oral. El consumo de tabaco retrasa la curación, así que evita fumar.
Los puntos desaparecen durante la primera semana tras la intervención quirúgica. El dolor y la incomodidad, en la segunda. Pese a tratarse de una operación, la mayoría de los pacientes consideran que la recuperación es ráida y bastante fácil.