La relación entre apnea del sueño y el cáncer está en que a apnea del sueño está asociada a una peor evolución del cáncer.
El sueño, ese momento placentero con el que muchos sueñan cuando acaba el día, puede llegar a ser una auténtica pesadilla para los que no pueden pegar ojo debido a los ronquidos de su pareja. Y es que, no solo se trata de dormir en cantidad y en calidad, sino de cómo lo hacemos.
La apnea del sueño afecta a un porcentaje de personas, siendo considerado un problema de salud. Esta enfermedad se caracteriza por ronquidos ruidosos y, lo más llamativo, largas pausas respiratorias de unos diez segundos que pueden llegar a ser más de 200 en toda la noche.
La apnea es una cuestión de oxígeno
Las pausas respiratorias hacen que los órganos y tejidos no reciban el aporte de oxígeno suficiente. Ante esta situación, el organismo aumenta la creación de nuevos vasos sanguíneos. Sin embargo, en el caso de existir un tumor, éste también utiliza esos mismos vasos sanguíneos para expandirse más rápido.
¿Sabes si tienes apnea del sueño?
El 80% de las personas que padecen apnea del sueño lo desconocen. Esto sucede porque al estar dormidos, son inconscientes de lo que sucede en su cuerpo.
Sin embargo, hay una serie de consecuencias que pueden ayudar a identificar la posible existencia de hipoxia intermitente. Y es que, aunque el sueño no se interrumpa, el cuerpo no descansa, por lo que es habitual estar cansado y somnoliento durante el día.
Esto afecta a la calidad de vida del que lo sufre pudiendo ser incluso la causa de accidentes domésticos y de tráfico, debido a la falta de reflejos motivada por el no haber tenido un sueño reparador.
Otras consecuencias que la apnea provoca en nuestro organismo son las enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial y fuertes dolores de cabeza.
Posibles tratamientos
La apnea tiene curación, siempre y cuando el paciente o un familiar pueda identificarla. El siguiente paso es acudir a una unidad del sueño o a un dentista para hacer un estudio previo lo más concreto posible.
Actualmente, existen aparatos que permiten medir de manera sencila la cantidad de oxígeno que entra al organismo durante el sueño, la duración y el número de las apneas… Datos que ayudan a evaluar la gravedad de cada caso.
La mayoría de los casos pueden corregirse con un dispositivo de avance mandibular con el uso de una férula. Este dispositivo logra ampliar la vía respiratoria durante el sueño para que el aire pueda pasar sin dificultad.
En casos más graves, había que recurrir a la cirugía.